Afianzamiento de los EE. UU.
Afianzamiento de los EE. UU.
El afianzamiento de EE.UU como potencia global sé desarrolló en etapas clave:
En el siglo XIX, expandió su
territorio mediante compras
(Luisiana, Alaska), guerras
(México) y anexiones (Texas,
California), unificando su
dominio continental. La Guerra Civil (1861-1865) consolidó el mercado interno y el modelo
industrial del Norte. La Guerra Hispano-Estadounidense
(1898) marcó su salto imperial con la adquisición de Puerto Rico, Filipinas y Guam, coincidiendo con el ascenso de su economía. Tras la Primera Guerra Mundial, emergió como principal acreedor mundial, posición reforzada tras 1945 al dominar la producción manufacturera global y establecer el dólar como moneda de reserva.
La economía en clave.
La economía en clave y las república bananera.
enclave en Centroamérica y el Caribe
mediante empresas como la United Fruit Company, que establecieron plantaciones
bananeras controladas por capital extranjero, orientadas a la exportación y
desconectadas de las economías locales.
Este modelo generó monopolios
territoriales, dependencia de un solo
producto y gobiernos títeres que protegían
los intereses corporativos mediante
represión, corrupción e injerencia política
directa (como el golpe de Estado en
Guatemala en 1954)16.
Las llamadas "repúblicas bananeras"
(Honduras, Guatemala, Nicaragua)
perpetuaron estructuras sociales
desiguales, con explotación laboral y
subdesarrollo crónico, mientras las
ganancias se repatriaban a EE.UU.,
consolidando una relación neocolonial
basada en el control económico y político de la región.
Una republica bananera es un término despectivo que describe países con inestabilidad política crónica, economías dependientes de un solo producto (como el banano) y gobiernos corruptos, frecuentemente influenciados o controlados por intereses extranjeros. Este concepto surgió en Centroamérica y el Caribe durante los siglos XIX y XX, donde empresas como la United Fruit Company (estadounidense) dominaron la producción, infraestructura y políticas estatales mediante concesiones de tierras, sobornos e incluso golpes de Estado (como en Guatemala en 1954) Las llamadas "repúblicas bananeras" (Honduras, Guatemala, Nicaragua) perpetuaron estructuras sociales desiguales, con explotación laboral y subdesarrollo crónico, mientras las ganancias se repatriaban a EE.UU., consolidando una relación neocolonial basada en el control económico y político de la región.
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